La industria del seguro pagó 35.000 millones por siniestros catastróficos, un 20% menos.
Se puede considerar bastante “benigno” a 2014 en lo referente a siniestros catastróficos, tanto en los provocados por la naturaleza como por el hombre, ya que fue un año en el que a pesar de que se produjeron un mayor número de siniestros, éstos provocaron menos pérdidas de vidas y daños, tanto globales como asegurados. De hecho, éstos fueron los más bajos de los últimos diez años, según el último estudio de la reaseguradora Swiss Re, que ya había anticipado algunos datos a principios de este mismo año.
Según dicho estudio, el seguro pagó una cifra en torno a los 35.000 millones de dólares estadounidenses por los “daños asegurados globales generados por catástrofes naturales y siniestros antropógenos”, cifra que es algo más de un 20% inferior a los 44.000 millones que pagó un año antes, y un 45% menos que la media de los últimos diez años.
De la cifra pagada por el seguro, el 80%, esto es, unos 28.000 millones de dólares, corresponden a catástrofes naturales, mientras que los daños ocasionados por la acción del hombre se situaron en torno a 7.000 millones.
Lógicamente los daños ocasiones por todos los eventos catastróficos fueron muy superiores a los que estaban aseguradoras, ya que alcanzaron en conjunto los 110.000 millones, en este caso la cifra también es muy inferior a la de un año antes, que ascendió a 138.000 millones, y prácticamente la mitad de los 200.000 millones que es la media de los diez últimos años. De estos daños económicos totales, 101.000 millones de dólares se debieron a catástrofes naturales y la mayor parte fue consecuencia de los ciclones en Asia-Pacífico.
En cuanto a la parte más dolorosa de las catástrofes, las pérdidas de vidas humanas, en 2014 fueron alrededor de 12.700 las personas que fallecieron a causa de eventos catastróficos, número que es menos de la mitad de las 27.000 de 2013, y constituye una de las cifras más bajas jamás registradas en un solo año.
La cifra más alta de catástrofes naturales en un año: 189 A lo largo de 2014 se produjeron en total 189 catástrofes naturales, la cifra más alta registrada por la reaseguradora suiza desde 1970. A este respecto, el economista jefe de Swiss Re, Kurt Karl señala que “parece que se está incrementando la frecuencia de eventos catastróficos, alcanzando el año pasado una cifra récord de catástrofes naturales”.
La mayor parte de los daños asegurados se produjeron en zonas con elevados índices de asegurabilidad, como Estados Unidos, Europa y Japón, en donde la mayoría de los siniestros se debieron a fenómenos meteorológicos. Entre los grande siniestros de 2014, el informe de la reaseguradora suiza destaca las fuertes tormentas de granizo en mayor en EE. UU., que causaron los mayores daños asegurados del año, y que le costaron a la industria del seguro 2.900 millones de dólares.
En Europa, un mes después, el sistema de bajas presiones Ela generó importantes y dañinas tormentas de granizo en regiones de Francia y Bélgica, y fuertes vientos en Alemania. Los daños asegurados combinados fueron de 2.200 millones, convirtiendo a Ela en la segunda tormenta de granizo más cara de Europa que figura en los registros de la reaseguradora.
Daños internacionales
El invierno también causó grandes daños asegurados en Japón y en EE. UU. Así, a mediados de febrero una ola de frío extremo provocó en Japón la mayor nevada en décadas, que causó unos daños totales asegurados de 2.500 millones de dólares y, lo que es peor, le costó la vida a 26 personas y otras muchas más resultando heridas, la gran mayoría como consecuencia de accidentes de tráfico.
En Estados Unidos se produjeron múltiples tormentas con fuertes nevadas y largos periodos de gélidas temperaturas que provocaron unos daños asegurados que ascendieron a 2.400 millones de dólares, más del doble de la media de los 10 años anteriores. El evento que causó mayores daños fue una tormenta que afectó en el mes de enero a 17 estados, llegando la nieve hasta puntos situados tan al sur como Florida, lo que provocó unos daños asegurados totales de 1.700 millones.
Los huracanes son otro fenómeno que suele causar importantes pérdidas. Así, en el Atlántico Norte la temporada fue tranquila, por lo que 2014 fue el noveno año consecutivo sin que un huracán de gran intensidad tocara tierra en EE. UU., lo que permitió que los daños asegurados totales estuvieran por debajo de la media de los últimos años. En el Pacífico oriental fue todo lo contrario, con 20 tormentas de gran magnitud, la cifra más alta desde 1992, que llegaron a tener nombre propio.
El informe destaca el huracán Odile, que en septiembre azotó el estado mexicano de Baja California, que es un importante destino turístico con muchos hoteles y establecimientos comerciales, por lo que la penetración del seguro es relativamente alta. El Odile causó daños asegurados por importe de 1.700 millones de dólares, y es la segunda catástrofe más costosa acaecida en México después del huracán Wilma en 2005, que le costó al seguro 2.100 millones de dólares.
“Brechas de protección” o zonas con pocos seguros
Para la reaseguradora suiza existen lo que denomina “brechas de protección”, que son zonas con poca cobertura de seguros, pero que se encuentran en regiones con un elevado índice de asegurabilidad. Según Lucia Bevere, coautora del estudio, pone el ejemplo de la contratación de seguro en el condado de San Francisco y en el estado de California, una zona de gran exposición a riesgo sísmico, pero en la que la contratación de seguros es generalmente baja, incluso para establecimientos comerciales, y es por ese motivo “que en ciertas zonas los daños asegurados pueden ser sorprendentemente bajos cuando se producen desastres”.
Un ejemplo de esto puede ser el terremoto que se produjo en agosto del pasado año en el sur de Napa, que causó daños por un total de 700 millones, mientras que los daños asegurados se quedaron en solo 160 millones. En Europa, la reaseguradora pone el ejemplo del sistema de bajas presiones Yvette, que en mayo provocó lluvias muy intensas en Serbia, Bosnia y Croacia, las más fuertes registradas en 120 años, que provocaron la muerte de 82 personas, la mayor pérdida de vidas a causa de una catástrofe natural en Europa en 2014. Los daños materiales superaron los 3.000 millones de dólares, pero la mayoría no estaban asegurados.
El informe también presta una especial atención a los siniestros causados por tormentas convectivas severas, fenómenos que van acompañadas de abundante aparato eléctrico, ya que el coste de los daños asegurados han ido aumentando en los últimos 25 años. Los daños asegurados globales por estos fenómenos meteorológicos han crecido una tasa media anual del 9% en el periodo entre 1990 y 2014, mientras que los daños asegurados por todas las catástrofes naturales en el mismo periodo aumentaron a un ritmo del 6,6 %.
El informe resalta que solo en Estados Unidos la media de los daños asegurados por este tipo de tormentas fue de 8.000 millones de dólares anualmente entre 1990 y 2014. Y desde 2008, estos daños han superado los 10.000 millones todos los años; en 2014 alcasnzaron los 13.000 millones.
Menos accidentes pero más víctimas en las catástrofes aéreas
Aunque no lo destaca el informe de la reaseguradora suiza, 2014 fue un año preocupante desde el punto de vista de los siniestros aéreos, ya que tuvo el menor número de accidentes en más de 80 años, pero sin embargo la cifra de víctimas se disparó respecto a los años anteriores, según el Archivo de Accidentes Aeronáuticos ubicado en Geneva.
Según esa organización, en 2014 se produjeron un total de 111 accidentes aéreos que se cobraron la vida de 1.320 personas, el mayor número desde 2005, y muy superior a las 265 de 2013, que fue el año más seguro desde 1945. Sin embargo todavía están muy lejos de las 3.346 víctimas que se produjeron en 1972, el año de mayor mortalidad aérea.
Aunque no sirva de consuelo para los familiares de las víctimas, el primer trimestre de 2015 es el menos trágico en toda la historia de la aviación mundial. El siniestro del Airbus 320-211 de la compañía alemana Germanwings, ocurrido en los Alpes franceses es el sexto accidente fatal del primer trimestre de 2015 y entre todos ellos han provocado 236 víctimas, incluidas las 150 del siniestro francés, el más grave de todos. Esta cifra se sitúa lejos de los 944 fallecidos en el mismo periodo del año 1977, el trimestre más trágico en cuanto a víctimas mortales en toda la historia.
Respecto al accidente de Germanwings, debido al elevado número de víctimas españolas, la Dirección General de Seguros ha establecido un procedimiento de apoyo a los familiares de los fallecidos, para atender las dudas que tengan acerca de los seguros privados de sus allegados. Esa información se canalizará a través de la Oficina de Atención a las Víctimas de Accidentes aéreos, dependiente del Ministerio de Fomento.