Hacer ejercicios es muy importante y beneficioso para la salud.
Sin embargo, esto no debe convertirse en una obsesión patológica o en lo que los anglosajones llaman adicción al ejercicio. Veamos cuáles son los síntomas:
Quienes sufren de adicción al ejercicio tienden a entrenar más intensamente y durante períodos más largos; pero, si por alguna razón, se ven obligados a reducir los tiempos en el gimnasio o no pueden realizar su actividad física habitual, se produce una reacción negativa que incluso puede resultar inestable y excesiva.
3. Actividad física incluso si está lesionado
La persona obsesionada por la actividad física no está de acuerdo con dejar de recibir dolor o la fatiga, y así continúa entrenando incluso con una lesión e incluso contra el consejo de un médico. Se tiende a aumentar la duración y la intensidad de la actividad; a tumbarse en el momento y obsesivamente comprobar la imagen corporal y su desempeño.
Es importante recordar que la moderación también constituye la clave del éxito y, aunque siempre es saludable mantener una buena figura, convertir la imagen corporal en un culto puede resultar contraproducente.